miércoles, 24 de diciembre de 2014

Lo mejor, nuestro Mundial

Muchas cosas han pasado en 2014. Siguieron los diálogos en La Habana, un avión de Malasya Airlines desapareció en el Océano Índico, otro se cayó por hostigamientos en Ucrania, Nairo ganó el Giro de Italia, hubo elecciones presidenciales con escándalos a bordo, se murió nuestro Nobel de Literatura, Chespirito y Joe Cocker entre muchos otros hechos.

Pero en mi opinión lo más relevante, por la alegría y la hazaña que se logró, fue el Mundial de Fútbol que se jugó la Selección Colombia en Brasil. Nadie, nadie, ni el comentarista más optimista se arriesgó a predecir semejante participación.

Y es que los 23 seleccionados por José Pekerman llegaron a cuartos de final, ocuparon la quinta casilla, tuvimos el goleador del torneo, el gol más bonito y una de las revelaciones del Mundial con James Rodriguez. 

A seis meses del Mundial, con la cabeza fría puedo asegurar que los colombianos fuimos testigos de una hazaña deportiva nunca antes vista por los fanáticos y escépticos del fútbol de nuestro país.

El nivel extraordinario de James, Ospina, Cuadrado, Yepes, Zapata y Sánchez logró que la selección avanzara como nunca antes nos había pasado en un Mundial Fifa de mayores. 

Hoy guardo el recuerdo grato de cada partido a las 10 de la mañana o 3 de la tarde con pausa laboral para acompañar a Colombia. La sorpresa y alegría que vivimos entre junio y julio de 2014 quedaro grabado en nuestra memoria y en la historia. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Tristeza americana, dolor de mechita

El América de Cali tendrá que pasar un tercer año en la segunda división del fútbol colombiano, la B. No crean que es fácil para sus hinchas reconocer esta triste realidad. Hoy podríamos decir que este América ha vuelto a ser "La Mechita" ese equipo que en los años 70 jugaba bien, tenía gran hinchada, pero no ganaba títulos.
Gabriel Ochoa Uribe celebrando con la hinchada una de sus tantas estrellas. Foto tomada de America.com
Ese América no lo conocí, ese América de trapo rojo desteñido y calandraco sobre el hombro como herramienta de acomodador de carros, ese equipo que a pesar de sus dificultades económicas y discretas nominas enamoró a un pueblo.


Ese américa no lo conocí. Aprendí a ver a un América campeón, el equipo de Ochoa y con una nomina de estrellas latinoamericanas. Me gustó ese América que ya no era "La Mechita" y que luego, ya en mi juventud escuche y entendí que se debía al dinero de sus dueños, patrones de un cartel.

Pero soy americano no por eso, sino por mi tio Edgar, el hermano de mi papá (hincha verde caleño), que me llevó por primera vez al Pascual Guerreo a ver el rojo. Rojo que me gusto desde el principio con Falcioni, Bataglia, Cabañas, Gareca y Willintong. Y luego con Escobar, Rincón, Bermúdez y De Avila.

América del 87. Foto tomada de Blog Botefutbol
Soy hincha modesto desde aquel 85, 86 y 87, cuando se jugaban y escapaban esas Copas Libertadores. Desde aquel penalty errado por Anthony de Avila, con esa "patadita chimba" como la describió mi hermano frente a ese televisor grandote de mi tio.

Soy Americano tranquilo y resignado, sin señal de DirecTV y sin animo de gritar en el estadio (por miedo al vandalismo). Desconectado del fútbol profesional colombiano y un poco decepcionado por el mismo. Pero con la misma tristeza y dolor de ver a su equipo por debajeado, sin espíritu y talento que lo saque del hueco.


La hinchada sufre y se come las uñas. Foto tomada de ElTiempo.com
Al América 2014, sin lista Clinton, con camiseta Adidas y patrocinio de Cerveza Aguila le auguro lo mejor, le deseo la salida de la B con suficiencia y criterio, sin sufrimiento o padecimiento hasta la última fecha (esto en el fútbol no se da), con jugadores de entrega como su arquero Viera y con un cuerpo técnico nuevo de frente en alto y convencido de su plantel.

Alexis Viera, arquero del América 2013, llorando su derrota y permanencia en la categoría B. Foto tomada de ElColombiano.com
Mechita querida salí de la B que tu hinchada regada por todo el país te quiere de regreso.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Se suspendieron las elecciones!

En el salón de mi hija hubo elecciones para elegir presidente. Los angelitos, incluida mi hija, tienen 7 y algunos van por 8 añitos.

Hubo dos candidatos, Sofia y Juan José. Ambos hicieron campaña con carteleras, lemas y promesas inocentes a su electorado (22 alumnos). Todo guiado y orientado por la teacher para que vayan aprendiendo el asunto del gobierno estudiantil.

Mi esposa y yo supimos de ésto pocos días antes y con mayor detalle y preocupación la noche anterior cuando la niña nos dijo: "Mañana hay elecciones y no sé por quién votar". Y eso por qué Silvia? Preguntamos.

"Porque nadie quiere votar por Sofia y a mi me da pesar que ella se ponga triste de no sacar ningún voto" nos respondió. Y entonces? "No sé, creo que voy a votar en blanco" concluyó la niña como sin querer tomar partido por ninguno. 

Era una elección entre el niño popular y buen estudiante y la niña no tan querida y con antipatía entre las otras chicas. Siempre hemos escuchado que Sofia es competitiva, egoísta e imponente.

Nos fuimos a dormir aconsejándole a Silvia que hiciera lo mejor para ella y el grupo, y si votar en blanco era su decisión pues que así lo hiciera.

Al día siguiente, al regresar del colegio no aguanté en preguntar primero por el resultado de la jornada electoral. La respuesta fue: "MIRA! LA TEACHER SUSPENDIÓ LAS VOTACIONES!".

Sorprendido y en tono de juego le dije a Silvia: Y eso!? Qué pasó? No hubo garantías electorales?! La niña rápidamente explicó que la profe tuvo que dejar de contar los votos, porque los niños y niñas celebraban, hacían ruido y gestos de burla contra la niña cada vez que salía un voto a favor del niño. Hasta ese punto Sofia no sumaba votos y empezó a llorar. 

Silvia también contó que Daniela, otra estudiante, que siempre rivaliza con la candidata Sofia, había hecho campaña todo el tiempo en su contra y repetía que votarán por Juan José e incluso en medio del escrutinio seguía avivando a las masas.

En ese momento la teacher tuvo que suspender el conteo de votos y llamar al orden al grupo alborotado. Luego tranquilizar a la candidata que lloraba y mandar a citar a los padres de Daniela para hablar de su comportamiento y actitud.

El presidente (a) del salón será elegido por la profesora de manera "dedocratica" y por méritos del estudiantes según su rendimiento y actitud colaborativa.

Al final, mi hija contó que había votado por Juan José. Y nos quedó el sinsabor de que la niña habia sido influenciada como a la mayoría hasta ese momento, o simplemente no supo decidir.

Advierto que todos los nombres fueron cambiados para no comprometer a sus protagonistas.




miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿Navegando hacia la paz?

Foto copiada de europapress.es
Pareciera que la imagen de tres cabecillas de las FARC navegando en un catamaran por aguas cubanas tuviera la intención de retar o desafiar a la opinión en Colombia.

Ya que nada cómodo resulta tomar el sol y la brisa marina vestidos de verde subversivo en camisa, camiseta y pantalón largo. Claro que peor hubiera sido verlos en cortos, chanclas y playera.

Esta imagen no es más que otra señal del cinismo y "frescura" guerrillera que, mientras adelantan los diálogos de paz con el Gobierno Colombiano en la Habana Cuba, sacan un tiempito para veranear. No es el momento.

En medio de los ataques y las zonas vedadas para los colombianos, ningún descanso, como salieron a argumentar, justifica esta imagen (acción) de los líderes del grupo armado ilegal que por décadas ha protagonizado un reguero de dolor y sangre que pocos, o nadie, ya entiende.

Esto demuestra también que no son de palo, y que como cualquiera son seducidos por los placeres y tentaciones a los que nadie puede sustraerse. Podrían esperar a firmar la paz para exponerse al descanso.

Se equivocan en el mensaje olvidando aquel adagio que sentencia "una imagen habla más que mil palabras".

La foto fue publicada inicialmente por el ex presidente Alvaro Uribe Velez en su cuenta de Twitter. En ella aparecen dirigentes de las FARC como Iván Márquez y Jesús Santrich.

domingo, 13 de octubre de 2013

De nuevo en un Mundial

La primera Copa del Mundo de Fútbol que recuerdo es México 86. Con un sol el verraco, Pique, su mascota, Brasil, Dinamarca, la Argentina de Maradona y nunca me pregunté por Colombia. Sólo grandes estrellas mundiales con apellidos franceses, alemanes, ingleses o brasileños.


Cuatro años después, Italia 90, y Colombia clasificada luego de una sequía de 28 años fue una novedad. Mi juvenil visión quería que Colombia siempre estuviera en mundiales. Así fue durante los próximos dos: USA 94 y Francia 98. Parecía normal, pero era resultado de una gran generación de jugadores como Valderrama, Rincon, Asprilla, Escobar, Leonel, Perea, Valencia y dos técnicos muy capaces como Maturana y Bolillo.


Francia sería el último mundial de esos grandes jugadores, demostrandome que ese nivel es superior. No todos llegan allá, no todos pasan a segunda ronda y no importa la eliminatoria, el mundial es a otro precio. Juegan los mejores, la historia y los enfocados. Los que tienen la cabeza bien puesta.


En Italia sufrí con el gol de Milla por un error de Higuita, en USA aterrizamos de entrada con Rumania y caímos hasta con un autogol del gran Andrés Escobar, y en Francia con una generación desgastada luchamos jugando bien, pero sin marcar goles, sólo Calimeño anotó contra Tunez, Inglaterra nos pasó por encima y lo que recuerdo como si fuera ayer es el gran Beckham intercambiando camiseta con el Pibe y las lágrimas del inconsolable Faryd Mondragón.


16 años después, una corta espera comparada con los 28 años desde Chile 62, llega Brasil 2014 de la mano de una nueva generación de jugadores con experiencia y talento. Esto no quiere decir que tengamos ganado nada en ese mundial. No. Sólo clasificamos a la gran final con las mejores 32 selecciones. Todas son difíciles y se puede perder con cualquiera y sólo jugar tres partiditos y chao para la casa.


Es emocionante volver a ver una copa del mundo con Colombia en juego. Hacer cuentas, comprar el álbum de Panini, parar todo y acomodar el horario porque juega la selección, eso es alegría pura.


Pero con el espejo retrovisor puesto, les recuerdo que esa vaina no es papita pa'l loro y aunque Falcao repunta como una estrella del gol, se necesita más. Un gran estratega, juego de conjunto, un diferente que rompa el molde y concentración ganadora. El mundial esta ajustado para los grandes y las sorpresas son escasas y se van quedando en el camino.

El mundial es una maravilla y a otro precio. Verlo con Colombia será una nueva fiesta en la que estaremos listos con nuestro folclor pero ojalá asentados en la realidad sin pedir más que seriedad y buen juego.

martes, 27 de agosto de 2013

La negación de Santos y su confusión reeleccionista

El Presidente Santos padece de lo mismo que han sufrido la gran mayoría de los gobernantes en Colombia, principalmente los presidentes: LA NEGACIÓN.


Esa leve sonrisa que no se sabe de qué se ríe. Foto: Revista Semana
Y la negación se manifiesta cuando el presidente de turno le da la espalda a la realidad de la gente, a los ciudadanos del salario mínimo y a todos los que están por debajo de esa franja económica, que ya es un drama por si solo. Pero esta actitud es lo que hacen en Colombia aquellos que están por encima, aquellos que viven en una burbuja de privilegios. No sólo le pasa al Presidente, es un indicador social del país, el detonante en este caso es que se manifiesta en la máxima autoridad de viva vos y por canales oficiales sin dársele nada.


En la Caminata de la Solidaridad donde el Presidente no fue nada solidario. Foto: WRadio.com
El domingo 25 de agosto, a ocho días de un Paro Nacional Agrario, el primer mandatario de los colombianos, se atrevió a decir, en medio de la 'Caminata de la Solidaridad por Colombia', que "Ese tal Paro Agrario no existe". ¡Pues esa fue la frase que rebozó el paro! Y le pegó un patadón a la "solidaridad" de doña Nidia.

Lamentablemente, el Presidente de Colombia se ha dedicado a pensar en su reelección cuando debería estar al frente de los problemas nacionales, de las crisis que tienen a los campesinos en las zonas agrícolas del país con saldo en rojo en sus bolsillos, todo gracias a los altos costos de los insumos de producción, a las dificultades de la infraestructura, a la gasolina carísima que se paga en Colombia y a la desigual competencia de los tratados de libre comercio.


Cacerolazo promovido luego de la indignación causada por la frase presidencial "Ese tal paro agrario no existe" Foto: Revista Semana.
No es un problema directo de asesores o ministros, es un problema de actitud y sobrades ante la problemática que impone un paro, que desde el primer día el Gobierno trato de "por debajear" diciendo que "No era lo que se esperaba". En medio de su confusión reeleccionista, Santos se ha dedicado a dar tumbos con cada frase y salida en falso, que se aumenta cuando trata de explicar o corregir por Twitter y luego en los medios tradicionales.


Manifestantes del Paro Nacional Agrario piden ayuda al Gobierno Nacional. Foto: LaOpinión.com
Los asesores pecan en contarle la mitad sesgados por el gobiernismo, y el Presidente peca en delegar excesivamente sus asuntos, cuando su antecesor dejó un modelo definido de gerencia presidencial. Si, Uribe se mostraba claro y frentero, tomando el toro por las riendas, aunque sólo fuera una pantomima muy bien dramatizada en los encuentros comunitarios de cada domingo con regaño o amenaza para todo el mundo en directo por televisión nacional.

Cabe aclarar que este paro nacional es la consecuencia de una política promovida desde el Gobierno Uribe con la firma de los TLC, y para ir más allá, desde aquel destemplado "Bienvenidos al futuro" de Cesar Gaviria y su apertura económica en 1990. 


Tuvieron que pasar 10 días de paro con heridos, muertos, perdidas económicas y múltiples daños para que el Presidente atendiera una mesa de dialogo. Foto: Revista Semana.
La negación de los gobernantes colombianos a los problemas del ciudadano de a pie, revive y plantea nuevamente la eterna disputa de clases. Esa pelea que ubica a unos arriba y otros abajo, esa que polariza y discrimina en los que tienen razón y los que no, divide en los que tienen poder y los que no. Esta negación, es la señal horrorosa de una sociedad sin compasión y egoísta que bajo este paradigma se ubica lejos de encontrar un camino hacia la equidad, hacia la verdadera paz y la reconciliación.

viernes, 10 de mayo de 2013

Soberbia, pecado de superiores

Esta semana he conocido dos casos de soberbia intensa por parte de dos personas que ocupan un cargo de poder y mando. Personas preparadas, capacitadas, educadas con especializaciones y maestrías que pisotean la dignidad de otros por su altivez y orgullo desaforado.

No soy rezandero ni camandulero pero quiero hoy recordar que la SOBERBIA es un pecado capital como los creyentes practicantes muy bien deben saberlo.

Y así se define esta actitud o comportamiento según el diccionario:

Soberbia (del latín superbia) y orgullo (delfrancés orgueil), es un sentimiento de valoración de uno mismo por encima de los demás.

1. f. Altivez y apetito desordenado de ser preferido a otros.

2. f. Satisfacción y envanecimiento por la contemplación de las propias prendas con menosprecio de los demás.

3. f. Especialmente hablando de los edificios, exceso en la magnificencia, suntuosidad o pompa.

4. f. Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas.

5. f. ant. Palabra o acción injuriosa.

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Es muy sencillo, se pierde el control y se pasa por encima de las personas con actos y palabras, que en muchos casos llegan a la grosería. La soberbia es perder el nivel y elevarse por los cielos sin ningún miramiento.

En uno de los casos que conocí, un ejecutivo llama a una señora para amenazar con la cancelación de una sociedad por algo que le contaron, pero que no vio y que en el fondo no era cierta. Pero su sentimiento de superioridad lo lleva a insultar cegado por su orgullo todopoderoso, culpando a la persona de atacarlo premeditadamente y sin escuchar razones tira el teléfono.

En el segundo caso, una mujer grita y hace una pataleta frente a sus empleados por un error cometido por un tercero. Se pone colorada, rompe los papeles y tira todo a su paso por una fiebre de soberbia que no se justifica por una simple manualidad tan fácil de corregir como despegar una hora y ajustarla al margen.

Queridos amigos, aquel acto de superioridad que atenta contra cualquier dignidad es uno de los mayores pecados que podemos cometer contra los demás. En ocasiones no es necesario llegar a gritar o agredir con palabras, no. Un simple comentario sobrador puede ser indicio de aquella soberbia que puede apoderarse de ti en cualquier momento.

Soberbia alejate y no me rondes.