domingo, 31 de julio de 2011

Tres golazos que invitan a la convivencia en el Pascual

Con las cinco jornadas de fútbol en Cali, por motivo del Mundial Sub20, tenemos la oportunidad de vivir el juego al estilo FIFA. ¿Cómo es esto? Pues con sillas y puestos numerados, sin barreras visuales para el público, con palcos directivos y de prensa dignos, con pantalla de gran resolución, sistemas de tecnología y telecomunicaciones de primer nivel.

Después de la primera fecha, déjenme decirles como ciudadano e hincha del futbol que la experiencia es de la tierra al cielo. Que placer poder vivir una fiesta así. Hoy me pregunto, y no sé si Ustedes también… ¿Será que nos cuesta tanto continuar así?

Al llegar al Pascual me dio gusto caminar por los andenes terminados, sin huecos y desniveles y hasta con cicloruta. Tenía dudas sobre el puesto numerado por algunos comentarios que había escuchado de maturrangas en la entrega de boletería y violación de la numeración, la gran sorpresa fue encontrar mi puesto bien cuidado y orientado por el personal de logística Sector 2 Fila I-33 en oriental primer piso: First Goal.

Ya sentado el panorama era otro. Tenía años de no visitar el Pascual para un encuentro futbolero, no recuerdo la fecha. Pero si recuerdo que en la parte baja de la tribuna era incomodo mirar el juego por la malla. Reja que nos mantenía como animalitos lejos del espectáculo y protegía a los protagonistas, a las estrellas, de nosotros como si fuéramos salvajes especies del monte y la selva (la verdad es que el género humano a veces demuestra que es así, y en el futbol cada vez más por esos hinchas desquiciados, drogrados y extremistas que ufanan llamarse barras bravas). Que vista, que tranquilidad, que alegría poder ver a los muchachos de Portugal, Camerún, Nueva Zelanda y Uruguay cerquita y sin barreras: Second Goal.

Es un placer encontrar un espacio público adecuado para presenciar un evento deportivo con medidas de seguridad y condiciones adecuadas. Donde los asistentes escuchamos los cambios, con puestos de comida (les falto surtido, se nota la novatada) y servicios sanitarios (baños) limpios y nuevos, donde vemos el juego en pantalla y las repeticiones de gol: Third Goal.

Estas cosas son las que proclama FIFA para el futbol mundial, y aquí estamos enfrascados en un debate de mallas y barras violentas… Cosa que se soluciona con autoridad, normas y leyes que castiguen contundentemente a los indisciplinados, tal como lo hicieron en Inglaterra al judicializar y registrar en video y foto a los delincuentes disfrazados de hinchas, encerrarlos en una cárcel multarlos y prohibirles el ingreso a los escenarios deportivos. El futbol debe ser una fiesta en la que no deberían caber odios, rabias, venganzas y agresiones.

En Colombia somos muy permisivos por cultura, pero simulamos cultura cuando exigimos a nuestros gobernantes que se porten bien, que no roben, y que no salten la barda y den ejemplo, cuando nosotros como ciudadanos no respetamos y no censuramos nuestras malas conductas.

Invitémonos a respetar el nuevo Pascual, honremos esos tres golazos a los que nos invita la FIFA, demostremos que somos una civilización “civilizada”, no permitamos que nos quiten el espacio a la sana convivencia y confraternidad familiar. Exijamos que terminen las obras pendientes del Pascual, pero también cuidémoslo.

Seamos vigilantes de nuestra cultura deportiva y de la inversión (tan cuestionada y en proceso de investigación) realizada a este estadio histórico para nuestra ciudad y Colombia.

jueves, 28 de julio de 2011

Pascual, como nos has hecho sufrir

Esta noche el Alcalde de Cali, Jorge Ivan Ospina, hizo su propia fiesta de inauguración del nuevo estadio Pascual Guerrero renovado para recibir el Mundial Sub20 de fútbol de la FIFA. En plena plaza pública, Parque de las Banderas, armó fiesta y celebración para condecorar a los 3 mil obreros que durante más de un año le metieron mano al viejo Pascual. Como héroes les puso medalla y algunos ganaron boletas para el doblete mundialista del sábado.

Además de los trabajadores, ingenieros y arquitectos, media administración pública hizo presencia para escuchar la voz alegre y quebrada de la primera autoridad de la ciudad. Dicen que los únicos medios eran los propios, los oficiales, los de la alcaldía. Parecía fiesta privada porque no se vieron periodistas ni cámaras, o al menos eso fue lo que me contaron.

No importaron los cuestionamientos en los sobrecostos, el tiempo que se tomaron, las presiones de la oposición, y las investigaciones que aún no concluyen en contra de la administración y encargados del proyecto. Todos felices por una noche con la nueva belleza caleña al estilo FIFA.

La verdad les confieso que no me importa el debate político y sus consecuencias. Les cuento que como cualquier viejo chismoso o vieja novelera, muero de ganas por entrar al Pascual -Ya tengo mis boletas-. Allí vi por primera vez jugar un clásico América-Cali desde la tribuna norte, cuando ya al viejo reloj le fallaban los bombillitos o cuando un niño de 11 años como yo, podía ingresar sin ningún temor con su tío americano a pesar que su papá fuera hincha caleño. Ese viejo Pascual que hoy luce renovado, me recibió también a principios de los 90´s en el primer piso de la tribuna oriental, ahí sufrí con la mechita y goce algunas Libertadores que no terminaron bien por falta de puntería o suerte.

Al viejo Olímpico de San Fernando lo queremos los caleños. Al menos yo sufría haciendo fuerza para que lo tuvieran listo -Aunque faltan algunos detalles que esperamos terminen-. Creo que este Pascual quedó como aquella señora madura de hoy que pasa por el cirujano, vacila 90-60-90 pero se le nota la experiencia en la cara, juega entre quinceañera y doña, y al final no sabremos como decirle por el cariño que le profesamos: Nuevo Estadio Pascual Guerrero o Viejo Estadio Olímpico Pascual Guerrero.

No importa, lo fundamental es que es nuestro Pascual que ya estará abierto para el fútbol y otras cositas que se le ocurrieron al alcalde. Querido estadio que nos tuvo en vilo por más de 12 meses y que ahora se ve al menos por televisión y de lejitos como una uva y bien cuco.

¿Qué decir y cuándo? Mejor no meta la cucharada

Cuando era niño recuerdo que el freno de mi lengua lo tenia mi mamá, acostumbraba decir y hablar en las conversaciones de los adultos. Iba participando sin más permiso que el de mi propia ocurrencia, desde ahí aprendí que era mejor escuchar y callar... 

Pero que va! Eso me duro hasta que tuve control de mis palabras y logre conocer algunas cositas del mundo y de la vida. Cosa que no fue temprana, me tarde un poco, siempre es que las lecciones maternas se quedan en la memoria hasta que logramos "destetarnos" de la casa (Y lo pongo entre comillas porque todos sabemos que no es así). No pretendo más que dar rienda suelta a la opinión con respeto y distancia, y seducirlos a hacer lo mismo. Los temas... Serán todos los que generen controversia o incluso no.

Hoy, con la cantidad de información y medios es imposible quedarse callado viendo que los demás hablan y opinan, o dicen sandeces de lo que no saben, jajaja. Me invito, y también a Ustedes, a abrir la puerta del opinadero para decir, en palabras bien escritas, de cuanto ocurra en este paraíso de la sorpresa y el despropósito. Bueno, también habrán cositas buenas de las cuales rajar o destacar.

¿O qué opinan?