jueves, 28 de julio de 2011

Pascual, como nos has hecho sufrir

Esta noche el Alcalde de Cali, Jorge Ivan Ospina, hizo su propia fiesta de inauguración del nuevo estadio Pascual Guerrero renovado para recibir el Mundial Sub20 de fútbol de la FIFA. En plena plaza pública, Parque de las Banderas, armó fiesta y celebración para condecorar a los 3 mil obreros que durante más de un año le metieron mano al viejo Pascual. Como héroes les puso medalla y algunos ganaron boletas para el doblete mundialista del sábado.

Además de los trabajadores, ingenieros y arquitectos, media administración pública hizo presencia para escuchar la voz alegre y quebrada de la primera autoridad de la ciudad. Dicen que los únicos medios eran los propios, los oficiales, los de la alcaldía. Parecía fiesta privada porque no se vieron periodistas ni cámaras, o al menos eso fue lo que me contaron.

No importaron los cuestionamientos en los sobrecostos, el tiempo que se tomaron, las presiones de la oposición, y las investigaciones que aún no concluyen en contra de la administración y encargados del proyecto. Todos felices por una noche con la nueva belleza caleña al estilo FIFA.

La verdad les confieso que no me importa el debate político y sus consecuencias. Les cuento que como cualquier viejo chismoso o vieja novelera, muero de ganas por entrar al Pascual -Ya tengo mis boletas-. Allí vi por primera vez jugar un clásico América-Cali desde la tribuna norte, cuando ya al viejo reloj le fallaban los bombillitos o cuando un niño de 11 años como yo, podía ingresar sin ningún temor con su tío americano a pesar que su papá fuera hincha caleño. Ese viejo Pascual que hoy luce renovado, me recibió también a principios de los 90´s en el primer piso de la tribuna oriental, ahí sufrí con la mechita y goce algunas Libertadores que no terminaron bien por falta de puntería o suerte.

Al viejo Olímpico de San Fernando lo queremos los caleños. Al menos yo sufría haciendo fuerza para que lo tuvieran listo -Aunque faltan algunos detalles que esperamos terminen-. Creo que este Pascual quedó como aquella señora madura de hoy que pasa por el cirujano, vacila 90-60-90 pero se le nota la experiencia en la cara, juega entre quinceañera y doña, y al final no sabremos como decirle por el cariño que le profesamos: Nuevo Estadio Pascual Guerrero o Viejo Estadio Olímpico Pascual Guerrero.

No importa, lo fundamental es que es nuestro Pascual que ya estará abierto para el fútbol y otras cositas que se le ocurrieron al alcalde. Querido estadio que nos tuvo en vilo por más de 12 meses y que ahora se ve al menos por televisión y de lejitos como una uva y bien cuco.

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